Catellani crea sus lámparas en su atelier mientras Smith bate el polvo del suelo del establo con sus cascos. Y esto sucede así desde 1989 cuando Enzo Catellani elige un socio imaginario y le da el nombre de su pura sangre inglés. Treinta años después, Catellani cree que le hubiese gustado encontrarse con un Smith de carne y hueso. Empresa difícil si las hay, encontrar una personalidad tan fuerte como la que ha caracterizado la producción de Catellani & Smith. Y así se abren las puertas de la mente y de la empresa a nuevos Smith. Todos aquellos que puedan imaginar nuevos productos en consonancia con las convicciones y la visión poderosa del fundador son bienvenidos. Sin distinción de edades. Solo deben estar iluminados e iluminar.
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