Jardín de la Casa Tresoldi, Italia
Enzo Catellani
photo by Nava-Rapacchietta
I Maestri del Paesaggio, un evento dedicado a la landscape architecture, al green y al paisaje, para su quinta edición convirtió la Città Alta de Bérgamo en un lugar de encuentro entre la cultura y el diálogo. Durante el evento, organizado por Arketipos y el Ayuntamiento de Bérgamo, tuvo lugar el Landscape Rooms: un Giardino tra Luce e Suono, un proyecto «pictórico» creado por Catellani & Smith y Architettura Sonora, del cual participó Yuval Avital, artista israelí multidisciplinario que para la ocasión compuso, de manera extraordinaria, una ópera electrónica de gran valor artístico.
De esta manera, en los históricos jardines de la Casa Tresoldi, pequeña joya verde que se asoma a Via Colleoni, una conexión entre Plaza Vecchia y Plaza Mascheroni, se creó un entorno sensorial con un vibrante equilibrio entre diseño, arte y tecnología. Un recorrido introspectivo en el verde, acogedor e íntimo, que al atardecer, cuando el jardín se «despierta», muestra con toda su fuerza misteriosa el poder que tienen la luz y el sonido para plasmar y modelar el paisaje y el espacio en general.
Las fuentes de luz y sonido, escondidas entre el follaje, camufladas por los bojes, en medio de pequeñas áreas de césped o al pie de árboles centenarios, se insertan discretamente en el entorno, como si se hubieran generado a partir de él.
En particular, un Albero di Luce (árbol de luz) reinterpretado a partir de un producto que Enzo Catellani diseñó en 2005, va más allá del paso del tiempo y encanta con sus preciosos «frutos de luz» de vidrio, en contraste con una estructura de cardenillo envejecida en forma natural.
Junto a las creaciones de Enzo Catellani también encontramos, los módulos de Architettura Sonora, moldeados como pequeñas esculturas que difunden la ópera electrónica compuesta por Yuval Avital y ayudan a crear un ambiente especial.
Por último, algunos «objetos» esconden en su estructura sofisticados sistemas de difusión, que encantan con sus cualidades luminosas y a la vez sonoras.
El descubrimiento de un jardín antiguo y mágico, un viaje de conmovedora delicadeza y fragilidad, en un entorno casi nipón por el tipo de armonía entre «presencia humana y natural». Un magnífico ejemplo de equilibrio, pero sobre todo de la forma en que la naturaleza, la luz y el sonido no solo son compatibles, sino que también pueden darse valor entre sí, lo que vuelve aún más emocionante y cambiante la percepción misma del paisaje. Tema que persiste en la impronta de este año de I Maestri del Paesaggio, que se basa en el Feeding Landscape y que a la vez es precursor para el próximo año del Wild Landscape.
Medousê, la «lámpara sonora»
Entre las creaciones de luz y sonido que pueblan el jardín Tresoldi, aparece por primera vez Medousê, el concepto de una innovadora lámpara sonora que nace del encuentro entre Enzo Catellani y Architettura Sonora.
Del griego antiguo «proteger», Medousê es un módulo que se ofrece como protector y guardián del mundo natural, del cual se inspira a partir de la espontaneidad de su luz y por el brillo de la cubierta de cristal facetado.
Medousê permite una difusión homogénea y uniforme a 360 ° y da lugar a un patrón sonoro neto y completamente natural, a tal punto que se dificulta identificar su origen al escuchar.
Fields, la ópera electrónica de Yuval Avital
Yuval Avital, músico, compositor y guitarrista israelí, regresa a Bérgamo después de tres años con una sorprendente instalación sonora, un eco que se desarrolla entre la Plaza Vecchia, corazón de I Maestri del Paesaggio, y el jardín de Casa Tresoldi, para dar lugar a Un Giardino tra Luce e Suono (un jardín de luz y sonido). La partitura de 65 minutos, llamada Fields, se desarrolla en torno al diálogo entre «ambiente» y «artificio», con ruidos naturales combinados con coros polifónicos, a caballo entre voces blancas y sonidos granulados. En Fields lo real se vuelve digital. Los campos cultivados se transmutan en grabaciones; los cantos de los pájaros, en reproducciones de instrumentos electrónicos; las «voces» de los árboles en murmullos resquebrajados.
La música en los dos lugares se presta a interpretaciones completamente diferentes pero complementarias, puesto que se entrelazan en Plaza Vecchia con los ruidos de la ciudad y luego, más fuertes, envolventes y abrumadores, dentro del «Jardín de luz y sonido», donde se invita al espectador a una lectura más íntima y absolutamente personal en busca de la luz interior.
Lámparas que se utilizaron